¿Sabías que el ritmo de la comunicación puede variar en las distintas culturas?

¿Sabías que el ritmo de la comunicación puede variar en las distintas culturas?

El ritmo de la comunicación puede variar en las distintas culturas. En algunas es más lento que en otras y se utilizan más los silencios y las pausas. Aunque cada persona tiene su propia manera de comunicarse, en líneas generales, podemos hablar de tres estilos diferentes: uno más reflexivo, otro en el que las frases se solapan y otro en el que se respetan los turnos de palabra.

Reflexionando

Existen las culturas donde entre lo que dice un interlocutor y el otro hay una pausa o silencio e interrumpir es inaceptable. Lo correcto y educado es escuchar, reflexionar y después hablar. Si se contesta inmediatamente, el interlocutor corre el riego de ser percibido como impaciente por no haberse tomado un tiempo para meditar sobre lo escuchado. Este estilo es más habitual en culturas asiáticas.

Sin embargo, para las personas acostumbradas a otros ritmos, esas pausas o silencios pueden resultar incómodos e incluso pueden llegar a ser interpretados como un desacuerdo, ya que la otra persona no contesta inmediatamente.

Solapando frases

En algunas culturas es habitual que hablen varias personas a la vez y que haya interrupciones frecuentes. Terminar la frase de otra persona y solapar conversaciones puede entenderse como un signo de interés, entusiasmo o preocupación por el tema. Este estilo es más habitual en las culturas latinas, sobre todo, en las mediterráneas. Para las personas acostumbradas a otros ritmos puede resultar confuso o maleducado. Si, además, están tratando de aprender el idioma, este ritmo puede dificultar mucho su participación en la conversación.

Respetando turnos

Por último, nos encontramos con culturas donde se guardan los turnos de palabra, pero sin hacer pausas ni silencios. Es de mala educación interrumpir y se suele hablar a un ritmo medio. Este estilo es más habitual en las culturas anglosajonas. Para las culturas donde es preferible los silencios o las pausas (estilo 1), sus interlocutores, en este caso, están más interesados en lo que van a decir que en escuchar. Para las culturas donde las interrupciones son habituales (estilo 2), este tipo de ritmo puede resultar lento o carente de emoción o interés.

En resumen, los tres estilos de comunicación se corresponden con los siguientes esquemas: