Los beneficios de la inteligencia artificial para la competencia intercultural presentado por Andrea Martínez en la Cumbre de la Ciencia de las Naciones Unidas

Los beneficios de la inteligencia artificial para la competencia intercultural presentado por Andrea Martínez en la Cumbre de la Ciencia de las Naciones Unidas

El pasado martes, 19 de septiembre, tuve el honor de participar en la Cumbre de la Ciencia de las Naciones Unidas, que tuvo lugar durante la septuagésima octava Asamblea General, en Nueva York, Estados Unidos. El panel en el que participé se tituló “Ciencia Abierta, Datos e Inteligencia Artificial: Permitiendo la Colaboración Global para el Avance Científico”. Dentro de este panel, yo me centré en la importancia de la competencia intercultural, y mi ponencia se tituló “Trabajando juntos para el Avance Científico: los Beneficios de la Inteligencia Artificial para la Competencia Intercultural”. En ella, mostré un breve resumen de los resultados obtenidos de mi actual investigación sobre cómo medir la competencia intercultural y los valores humanos mediante el lenguaje. A partir de ahí, propuse la creación de un dispositivo que, mediante la inteligencia artificial, pudiera hacer análisis del discurso, y medir la competencia intercultural y los valores humanos, entre otras muchas características humanas de manera automática, mediante el lenguaje. Esto sólo sería posible si los interculturalistas, los lingüistas y los científicos trabajáramos juntos para crear este tipo de herramientas, que serían muy útiles, por ejemplo, en el campo de los recursos humanos, ya que la inteligencia artificial tiene una ventaja clave, y es su neutralidad, que nos ayudaría a evitaría sesgos, estereotipos y prejuicios durante un proceso de contratación. Además, si toda esta información se almacenara en la nube, las empresas podrían acceder a estos perfiles, facilitando estos procesos, y con mayor posibilidad de éxito ya que este tipo de análisis es capaz de revelar rasgos de la personalidad que pasan desapercibidos en otro tipo de sistemas, y, por tanto, encontrar puestos y candidatos que encajen mejor a largo plazo.

Por otro lado, enfaticé que uno de los principales problemas con los actuales modelos de competencia intercultural es que la inmensa mayoría provienen de países angloparlantes del norte global, de la llamada “cultural occidental”. Hice hincapié en la necesidad de ayudar a los países menos privilegiados a que tengan las mismas oportunidades para que puedan aportar datos sobre sus propias culturas, para que de este modo podamos intentar construir modelos que no estén sesgados por culturas e idiomas específicos. La descolonización de la academia es muy necesaria especialmente en el campo de los estudios interculturales, ya que actualmente no se podría hablar de una interculturalidad real. La inteligencia artificial podría ayudar a facilitar este proceso ya que puede llegar a cualquier rincón del mundo, si las instituciones y empresas de este lado del planeta lo permiten mediante su financiación. Sería muy interesante poder recabar datos de todos los rincones del mundo posibles para aumentar esa diversidad. Sin embargo, estos países tienen otras necesidades básicas por cubrir, por lo que el desarrollo tecnológico, y el avance académico y científico quedan en un segundo plano cuando aun hay mucha hambre y enfermedades todavía, entre muchos otros problemas. Si estos países no reciben la ayuda que necesitan, no se invierte en infraestructuras para su desarrollo, no se hace por evitar los conflictos que tienen lugar en ellos ni por cubrir las necesidades básicas de las personas que viven en ellos, el avance científico sólo tendrá lugar en el lado privilegiado del planeta, y, por tanto, no será realmente global. Durante mi ponencia, tuve la oportunidad de promover la competencia intercultural como una herramienta para el cambio y el avance tan necesarios en la actualidad. La conclusión más optimista que pude obtener es que si, por lo menos, se habla de estos temas en este tipo de eventos, ya hay algo de esperanza de mejora.

En resumen, mi estancia en Nueva York ha sido muy enriquecedora, he podido conocer a diplomáticos y a investigadores de todo el mundo, de diversos países y culturas, con diferentes identidades, experiencias, y puntos de vista sobre temas clave de la actualidad. Me siento muy afortunada de haber vivido esta experiencia, y ojalá sea la primera de muchas.